En conjunto con el artículo anterior, publico esta entrada, porque hay mucha confusión entre estos dos tipos. Espero que sea clarificador.
Es bastante frecuente que los INFP se
confundan a sí mismos con INFJ. La diferencia entre una letra y otra es
bastante significativa, pero el orden de prioridades de ambos tipos es
distinto, aunque los principios que les guían son similares. Este problema
tiene una solución bastante eficaz desde el punto de vista de las funciones
cognitivas, pero a nivel de conducta también se pueden apreciar diferencias. Algunas
de ellas podrían ser estas:
1. Los INFP tienden a tratar cada cosa
desde un sentido único, cada persona es un mundo, es diferente y tienen
particularidades que tienen un valor positivo, que las hace tan válidas como a
cualquier otra que pueda estar mejor considerada. Los INFJ siempre encuentran
un fondo común y asemejan unas personas a otras, comprenden lo que otros
sienten con gran precisión, así como el marco en el que tal sentimiento se
encuadra. En definitiva, el INFP comprende a otros porque conoce a la persona y
puede ponerse en sus zapatos, mientras que el INFJ comprende a la persona porque
entiende la naturaleza humana y ese tipo de comportamiento y sentimientos. Resultados
similares de orígenes diferentes.
2. Los INFP se preocupan por detalles
conducidos por su idealismo, por el reflejo de sus valores y sentimiento propio
en el entorno, los INFJ, sin embargo se muestran más pragmáticos y actúan de
acuerdo a la impresión que quieren conseguir y de acuerdo a unos objetivos. Es por
ello que los INFP podrían tener un orden y una organización que les hiciera
parecer INFJ, y por otro lado, los INFJ pueden ser lo suficientemente
desordenados como para pensar que su última sigla es una “P”.
3. Los INFP suelen gustar a otras personas por
su forma de ser, por su singularidad, generalmente taciturnos, pero con un aire
que refleja riqueza e inocencia que resulta atrayente para los demás. Suelen además
tener un cierto aire de fragilidad, su ira y su alegría es impulsiva y brota de
muy dentro y con ello, se hace notar una cierta vulnerabilidad. Los INFJ suelen
atraen a otras personas porque conectan bien con otros y puede que a un nivel
profundo y precozmente. Los INFJ no son en absoluto tan diáfanos ni espontáneos
en sus expresiones. El INFJ casi siempre consigue que otros le revelen más de
ellos mismos, que él de sí mismo. Los INFP logran esto mientras los demás
intentan aproximarse a ellos, en el transcurso le cuentan su vida, los INFJ lo
logran porque despiertan en los demás una confianza instintiva. Resultados similares
con orígenes diferentes.
Hay por supuesto, más diferencias, pero
creo que estas pueden ser suficientes para ir haciéndose una idea. Que quede
claro que nada de esto es excluyente del aspecto contrapuesto, puesto los INFJ también pueden
seducir a otros con su personalidad, y así sucesivamente, tan solo pongo el
acento a los aspectos que me parece que lo tienen, en contraste con otros. Suelen
ser más los INFP que se confunden con INFJ que viceversa. Si eres un INFP que
al leer su perfil se sintió eufóricamente identificado, pero luego leyó el
perfil de un INFJ, lo pensó mejor y “decidió” que era INFJ, es muy posible que
estés equivocado.